Si la manifestación laica que recorrió Madrid y a la que acudieron miles de personas fue una "provocación", según Ana Botella, la número dos del Ayuntamiento, en la ciudad han aflorado esta semana muchas otras pequeñas "provocaciones" ciudadanas de forma improvisada.
Algunos madrileños han reaccionado contra el fervor católico que ha tomado las calles en forma de peregrinos con sus propias rebeliones cívicas.
Son actos de protesta pacífica con los que tratan de demostrar que no todos están de acuerdo con la visita de Benedicto XVI.
"Hay problemas más importantes a los que la Iglesia podría destinar el gasto de la JMJ", dice Mili Hernández, propietaria de una librería en el barrio de Chueca que ha llenado su escaparate de ejemplares del libro Dios no existe.
"Queremos decirle al Papa que la sociedad española decide sus leyes en el Parlamento", asegura Miguel Ángel Sánchez, de la fundación Triángulo, que ha convocado una concentración el sábado en defensa de todos los modelos de familia.
Manuel
#794
Algunos madrileños han reaccionado contra el fervor católico que ha tomado las calles en forma de peregrinos con sus propias rebeliones cívicas.
Son actos de protesta pacífica con los que tratan de demostrar que no todos están de acuerdo con la visita de Benedicto XVI.
"Hay problemas más importantes a los que la Iglesia podría destinar el gasto de la JMJ", dice Mili Hernández, propietaria de una librería en el barrio de Chueca que ha llenado su escaparate de ejemplares del libro Dios no existe.
"Queremos decirle al Papa que la sociedad española decide sus leyes en el Parlamento", asegura Miguel Ángel Sánchez, de la fundación Triángulo, que ha convocado una concentración el sábado en defensa de todos los modelos de familia.
Manuel
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