jueves, mayo 19, 2011

La República de Sol

Soltv.tv, fue la idea de una productora formada por solo dos personas, que colocaron en su terraza del Torreón de Sol una webcam en directo para retransmitir al mundo lo que pasa en Sol.
En 24 horas han tenido 50.000 visitas.

***

De 20 jóvenes cabreados que decidieron quedarse a dormir en Sol tras la manifestación del domingo por una democracia real y en protesta por el sistema político, económico y social a un campamento organizado por calles, de momento sin nombre, para que la gente pueda moverse. Las infraestructuras crecen en el campamento, que hoy, en su cuarto día de vida, se ha redibujado y ampliado para favorecer la movilidad y ya tiene hasta cuatro aseos portátiles propios. Ocupa ya toda la plaza, con sofás viejos y mesas plegables de cámping. Bajo las lonas que cubran el centro de Sol, hay tres o cuatro tiendas para descansar.


Anoche diluvió y los organizadores admiten que fue "un caos", con paraguas y chubasqueros atados a las lonas montando una cadena sobre sus cabezas para resguardarse de la lluvia, pero un claro se ha abierto entre nube y nube esta mañana, como si el sol se conjurara con ellos para reanimar la protesta. A las seis de la mañana, los 400 que resistían a la lluvia han organizado turnos para ir a casa a ducharse y a ponerse ropa seca. La organización pide que no decaiga la protesta y anima a todo el que pasa a sumarse a ellos. A esa hora, pasan los servicios de limpieza y tienen ya recogidos los cartones con los que duermen en el suelo para que el Selur pueda hacer su trabajo. También devuelven los cubos de recogida de basuras que han tomado prestados por la noche a las puertas de sus respectivas tiendas para evitar que los multen.

Permanentemente vigilados

La llegada de los baños ha sido muy celebrada por los acampados. Ha sido un regalo de una empresa de sanitarios portátiles, Fersa, que ha donado cuatro baños químicos. Están instalados a los lados del campamento, aunque los organizadores han decidido reservar su uso para las noches para evitar su deterioro y porque durante la noche es cuando resulta más difícil encontrar lugares alternativos, como los parking y establecimientos que usan por el día. "No queremos abusar de los bares y parkings de la zona, y tampoco queremos que esto se convierta en una porquería", cuenta Carlos, miembros de la comisión de infraestructuras. Fersa se ha comprometido a encargarse de la limpieza de los baños todas las noches, aunque cuentan con un sistema autónomo de evacuación de olores.

La mañana avanza con más actividad que nunca y la comisión de infraestructuras trabaja a destajo para organizar todo el material disponible. A medio camino entre un mercadillo y un cuarto de estar, no para de crecer la creativa cartelería que les acompaña: "Zapatero nos falla y nos miente", "Generación estafada", "El Capitalismo no se reforma, se destruye" y "Que no nos engañen, que nos digan la verdad".

Pendientes de la reunión de esta tarde de la Junta Electoral, que analizará las convocatorias de las concentraciones en diversas ciudades de España, la protesta continúa permanentemente vigilada por el dispositivo policial dispuesto ante la sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid, que desde ayer se encuentra vallada. Las comisiones en las que se divide el campamento -infraestructuras, legal, comunicación, alimentación, acción y extensión, coordinación interna, limpieza- están perfectamente delimitadas y se puede desde leer la prensa hasta comer en las mesas plegables, que ofrecen desde galletas hasta chicles.

La comisión de alimentación rechaza el dinero pero acepta y agradece los donativos en forma de alimentos no perecederos, por ejemplo pasta y arroz ya hervidos, dado que no tienen ni dónde cocinar ni tampoco calentar los alimentos. También les vienen bien productos como pan y embutidos con los que hacer bocadillos. Reparten la comida en el puesto fijo, con la salvedad de que nadie cobra nada por ello. Esta mañana, el desayuno ha consistido en macedonia de frutas en lata y café de termo, a lo que se ha sumado 400 churros que ha donado una señora. Se ha acercado a ellos, ha preguntado qué necesitaban, se ha ido y ha regresado con los churros. Los mendigos de la plaza se les acercan para pedir comida y se surten de lo que hay.


Para secar la ropa, han colocado cuerdas, de las que penden un variopinto conjunto de mantas, chaquetas, abrigos... Además, disponen de tres sofás viejos de tres y cuatro plazas, de un megáfono y de un micrófono y altavoz que sacan cada vez que quieren dirigirse a los concentrados. A ello se une la organización en la comisión de comunicación, donde los jóvenes trabajan con tres ordenadores portátiles para lanzar sus mensajes a las redes sociales. Tras la asamblea de las doce, a las comisiones existentes se ha sumado una nueva, la de desalojo, que prevé la creación de escudos humanos que se colocarán en primera línea para avisar al resto e impedir que la policía los disuelva. También han colocado un buzón para recoger todas las propuestas que les llegan y que debatirán en asamblea.


***

Ni la Junta Electoral Provincial, que decidió no autorizar la concentración convocada a las 20.00 de ayer en el kilómetro cero, ni la lluvia, que hizo su aparición al caer la noche. Nada pudo con la multitud de los indignados. La Puerta del Sol ya era una ciudad en miniatura apenas 12 horas después de que los miles de asistentes a la primera concentración del martes decidieran montar un campamento hasta el día de las elecciones.

No es tarea fácil organizar la espontánea convivencia de cientos de personas, de procedencias diversas, desconocidas entre sí, en el centro de la ciudad, sin que la cosa se descontrole. Hay que comer, ir al baño, dormir, limpiar, protegerse del frío, comunicarse con los medios y aprovechar el momento histórico para intentar elaborar un discurso común. Y todo ello, sin jerarquías y sin reproducir los métodos del sistema que se rechaza.

Un mapa sitúa a todo el que accede a la plaza por la calle Preciados. Dónde está la zona de dormir, el puesto de comida o el de objetos perdidos. Ocho comisiones, divididas en múltiples subcomisiones y formadas por voluntarios, organizan la vida de los indignados. A veces centenares, como a primera hora de la mañana, a veces miles, como pasó ayer por segundo día consecutivo al caer la tarde y acercarse la hora de la concentración.

Las lonas para proteger del sol, o de la lluvia, fueron cubriendo los distintos puestos a lo largo de la mañana. "Información, sé que faltáis vosotros, no me olvido", dice un miembro de la comisión de infraestructuras, encargada de los cobertizos, al ver a sus compañeros bajo el sol del mediodía. Los cartones del suelo también fueron dejando paso a algunos sofás y colchones. La vida en el campamento se fue haciendo cada vez más confortable.

Los acampados, muchos con caras de sueño, pasaron el primer día en la plaza reunidos en las ocho comisiones -creadas el pasado lunes antes del desalojo policial- para tomar las primeras medidas. Los grupos están abiertos a todo el mundo. Un moderador se encarga de dar el turno de palabra y algunas citas se prolongan durante horas porque todo el mundo quiere hablar. Y a nadie se le niega la palabra.


- Comunicación. "Eso háblalo con prensa". En el pequeño nuevo Estado, bautizado según las bocas de metro como Plaza de la Solución, son pocos los que se atreven a hablar en su nombre y muchos los que derivan a los periodistas a la subcomisión de prensa. De comunicación también es la subcomisión manifiesto, pero la asamblea que se celebró en la madrugada del martes los dejó sin trabajo al decidir que, en lugar de crear uno nuevo, se continuaba con el discurso redactado el pasado lunes. La pegada de mensajes sobre la cúpula de metro de Sol también es una acción suya. Todo el mundo puede dejar su frase bajo un cartel gigante que advierte: "Si no nos vais a dejar soñar, no os vamos a dejar dormir".

- Información legal. Sobre la mesa del puesto están todos los periódicos del día. Un hombre ha prometido llevarles a diario y de forma gratuita toda la prensa nacional. En una farola está pegado un cartel con el nombre del abogado de guardia, que va rotando. Los miembros de la comisión legal no se cansan de repetir a los acampados la importancia que tiene recordar su nombre por si les detiene la policía.

- Información. Como a media tarde aún no les ha llegado un toldo, en información hace falta, por encima de todo, protector solar. Aguantando el sol como se puede, los miembros atienden a todo el que se acerca a informarse del movimiento. A los que les gusta la idea pueden firmar un documento de apoyo. Aún no han contado las firmas, pero a media mañana creían que ya llevaban "más de 2.000". La asamblea, como siempre, tendrá que decidir si las presenta en el Congreso o simplemente se quedan como respaldo a su iniciativa.

- Infraestructuras. Hacen falta lonas, cuerdas, latas de conservas y una o más neveras para conservar los alimentos. Un cuadrado rojo señala la urgencia de la demanda. En amarillo o verde, menos importante, están las cartulinas, las mantas o los rotuladores. Y con un doble rojo, necesario por encima de cualquier bien material, los jóvenes han escrito la palabra democracia.

La comisión de infraestructuras informó durante la asamblea que celebraron a primera hora de la tarde de que un empresario ha decidido dejarles cuatro baños químicos. Todo el mundo estalla en un aplauso. Los cuatro puntos construidos con contenedores sin fondo sobre alcantarillas no resultaban muy cómodos.

Además de colocar las lonas, de hacer un inventario de sus cada vez más numerosos bienes y de gestionar el puesto de objetos perdidos, los miembros de infraestructuras tendrán que vérselas también con la lluvia, que ayer cayó con fuerza durante unos minutos antes de la concentración y que hoy podría repetirse. "Haremos dos aguas con las lonas, impermeabilizaremos...", improvisa uno de los chicos mientras duda. Pero remata seguro: "Si la poli no nos echa, no lo va a hacer la lluvia".

- Cuidados. El martes por la noche se llamaba limpieza, pero ayer se decidió cambiar su nombre por cuidados. Es de las comisiones más activas. Da igual que sean las cinco de la mañana o de la tarde, en la plaza siempre hay alguien enganchado a una escoba. Aseguran sus miembros que algunos vecinos hasta les han ofrecido los baños de sus casas.

- Alimentos. Lolo dice, no se sabe si en broma o no, que venía a Sol a ligar y que sin querer acabó tras una puerta en horizontal que hace de mostrador en el puesto de alimentación. "Si quieres comer bien hay que estar cerca de la cocinera", dice con sorna. En el puesto se amontonan centenares de bocadillos que se reparten en cajas por la plaza. Todo son donaciones de vecinos y comerciantes de la zona. Hay agua y refrescos y nada de alcohol, al menos hasta que llega Javier Celdaña con su furgoneta. La Sidrería, dice en el lateral. En un momento monta una mesa y saca tres cacerolas enormes: fabada y macarrones. Y para beber, sidra. La plaza se llena de platos de fabes. "Me he levantado y he pensado, empieza la revolución, acabo de abrir el restaurante y ando mal de pasta, pero me importa un bledo, algo está cambiando", dice Celdaña acompañado por cuatro de sus trabajadores.

- Acción. Los indignados de acción apenas se dejaron ver ayer. Pero entre sus cometidos está uno de los más duros, el de hacer un cordón de personas alrededor del campamento para protegerlo en caso de una carga policial.

- Extensión. La comisión, dividida en 10 subcomisiones, se encarga de seguir y recoger todo lo que sale en Internet sobre ellos y transmitir a través de la red todo lo que pasa en la plaza. Se trata de extender el movimiento y hacerlo llegar lejos. A todo el mundo, dicen, para que la iniciativa no muera cuando se levante el campamento. "Aunque eso sea el domingo", apunta uno de los miembros, "o en un año".


Manuel
#737

No hay comentarios: