martes, febrero 14, 2012

Sostenibilidad

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En 1900, con la energía equivalente de un barril de petróleo se podían extraer en EEUU más de 100 barriles de petróleo.
Sin embargo, según estimaciones de Tasa de Retorno Energético, hoy en día con la misma cantidad de energía se obtienen menos de diez barriles en los pozos de este país.

Se denomina Tasa de Retorno Energético (TRE) o Energy Return on Investment (EROI, o también EROEI) al cociente entre la energía obtenida y la utilizada para obtenerla.

Hace un siglo, los yacimientos de petróleo de EEUU eran mucho más accesibles que hoy en día.
Cuando se calcula que con la energía de un barril de petróleo se podía sacar más de 100 barriles, esto supone que la TRE del crudo estadounidense era superior a 100.


Sin embargo, al tener que profundizar en las perforaciones y realizar mayores esfuerzos para seguir sacando petróleo, va aumentando la energía gastada. Si bien es difícil estimar una media de un país tan “agujereado” por la industria petrolera como EEUU, según los trabajos de Hall, en la actualidad, la TRE del crudo estadounidense sería inferior a 10.

1. Los combustibles fósiles tradicionales siguen teniendo una TRE mucho mayor que cualquier otra alternativa.
2. En todos los casos estudiados la TRE de estos combustibles fósiles está disminuyendo, a menudo de forma drástica.

En China, por ejemplo, en el campo petrolífero de Daqing, los investigadores estiman que la Tasa de Retorno Energético del petróleo se ha reducido de 10 en el año 2001 a 6.
Mientras que en Noruega, la tasa habría bajado hasta ahora a 40.
Por lo general, la TRE del petróleo se encontraría hoy en la mayoría de los países entre 10 y 30.
Hay que usar menos petróleo, nos lo va a imponer la naturaleza”.
Se critica la idea de los economistas de que "el crecimiento es bueno y posible de forma indefinida".

En principio, no parece razonable gastar más energía en el proceso de la que se va a conseguir, lo que daría una TRE inferior a 1.
Ahora bien, esto sí puede tener sentido desde un punto de vista económico (si la transformación genera una ganancia económica).
Obviamente, todo esto está muy relacionado con el llamado “peak oil” y el agotamiento del petróleo.
Y aquí se llega a uno de los puntos que generan más discusión : una TRE por debajo de 5 deja de ser sostenible, lo que volvería inviable el funcionamiento de las sociedades modernas y tiñe de negro cualquier proyección de futuro.

Lo que resulta absurdo desde el punto de vista físico es bajar de uno, gastar más energía de la que se obtiene, aunque pueda ser rentable para la economía actual.
Si resulta rentable significa que la economía está haciendo muy mal las cosas.

Esto no es relevante solo para el petróleo, o las nuevas formas de petróleo y gas no convencionales que tantas expectativas están levantando, sino también para todas las demás tecnologías que pretendan sustituir a los combustibles fósiles.
Un ejemplo evidente es el de los biocarburantes, de los que se cuestiona su verdadero rendimiento. Si bien hay cultivos como el de la caña de azúcar en Brasil que arrojan valores más altos (con algunas estimaciones de TRE que llegan a 7), no son raros los casos en los que se gasta más energía en la transformación de los vegetales de la que se va a obtener en los biocarburantes.

Otra tecnología cuyas diferentes estimaciones generan discusión es la solar fotovoltaica.
Aunque algunos dan a esta tecnología una TRE promedio de 8,3, lo que supondría que en 25 años de la vida útil de unas placas fotovoltaicas se produciría 8,3 veces la energía gastada en su fabricación, otros cálculos reducen esta cifra a 2-3.
Normalmente se utilizan datos tomados en laboratorio, pero todo esto cambia en la vida real.
Como algunos otros analistas del “peak oil”, la visión de futuro resulta tremendamente pesimista.
De hecho, se considera que el rendimiento de alternativas como la energía solar se reducirá arrastrado por su fuerte dependencia de los combustibles fósiles (dado que para obtener los materiales, transportarlos o fabricar las placas se necesitan utilizar energías fósiles).

Los biocarburantes serían la opción con una menor TRE, yendo a continuación la solar y luego en mejor posición la eólica o la hidráulica.
En el caso de la nuclear, la cuestión es para qué horizonte temporal se calcula.
Según explica, si solo se tiene en cuenta la construcción de la central, la extracción del uranio y el mantenimiento de la instalación, las TREs no son malas y estarían por encima de 5. Pero si se considera también el gasto del desmantelamiento de las centrales y el almacenamiento de residuos durante muchas generaciones, entonces asegura que la TRE llega a ser inferior a 1.

Sustituir los combustibles fósiles resulta un desafío realmente complicado.
Aunque siga avanzando el desarrollo tecnológico de las renovables esto no tiene que significar que aumente su Tasa de Retorno Energético.
Son muchos los factores a tener en cuenta, pero suponiendo un sistema con muchas más renovables, habría que sobredimensionar la potencia instalada para solucionar sus intermitencias lo que implicaría una reducción del rendimiento de estas tecnologías.
Además, la sustitución de los carburantes fósiles por vectores como el hidrógeno también puede reducir la TRE.


Con todo, las renovables son la opción correcta, aunque hace falta algo más:

Las renovables son la dirección adecuada,
pero no podemos esperar que sustituyan la maravilla que supone el petróleo :
hay que reducir el consumo.


Manuel
#910

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