Fueron cuatro y solo dos lo suficientemente jóvenes para poder suceder en el futuro al presidente Hu Jintao: Xi Jinping y Li Keqiang.
Xi desfiló primero, lo que le colocó en la rampa de salida como favorito; posteriormente fue nombrado vicepresidente del país, lo que reafirmó su futuro liderazgo, y ayer se hizo pública su designación como vicepresidente de la Comisión Militar Central, lo que parece cerrar su camino hacia la secretaría general del PCCh, a finales de 2012, y presidente de China, en marzo de 2013.
El nombramiento oficial no se producirá hasta esas fechas.
Xi Jinping nació en la provincia central de Shaanxi en 1953.
Durante el caos de la Revolución Cultural, fue enviado a trabajar al campo. Luego estudió ingeniería química en la renombrada Universidad de Qinghua, en Pekín, donde también obtuvo un doctorado en teoría marxista.
Es hijo del ex vice primer ministro reformista Xi Zhongxun -un fundador de la guerrilla comunista en el norte de China-, lo que le incluye en el club de los pequeños príncipes, los privilegiados descendientes de líderes en activo, retirados o fallecidos.
Su carrera política ha transcurrido en algunas de las provincias costeras más desarrolladas.
En 1999, fue nombrado gobernador de la provincia de Fujian, frente a las costas de Taiwan.
Luego pasó a la industrializada Zhejiang, donde fue secretario del PCCh entre 2002 y 2007, y de allí a la vecina y golosa ShangHái.
Corpulento de complexión, es conocido por su mano dura contra la corrupción y su inclinación por las reformas económicas.
Analistas y observadores ven a Xi como un hombre de consenso entre las diferentes facciones del partido, aunque cercano al ex presidente Jiang Zemin.
Casado con la cantante de ópera Peng Liyuan, durante un tiempo ella fue más popular que su marido, hasta que el PCCh le pidió que disminuyera su perfil a medida que Xi Jinping subía escalones en el poder. Peng dijo de su esposo en una revista estatal en 2007 que es un hombre frugal, trabajador y con los pies en la tierra.
De estilo directo, durante un viaje a México en 2009, se burló del miedo al ascenso de China:
se dedican a señalarnos con el dedo.
Segundo, no exporta hambre y pobreza.
Y tercero, no va liándola por ahí.
¿Qué más hay que decir?
Manuel
#640
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