De instrumento de comunicación se ha trocado en un objeto multiuso que está poniendo patas arriba la manera de usar la tecnología, transformando los usos cotidianos y creando en torno a él un negocio fabuloso al que afluyen empresas de todos los sectores.
Llamar y recibir llamadas es sólo el big bang de la telefonía celular.
Apenas dos décadas después de su nacimiento, el móvil se ha alejado de esa causa originaria y compite por sustituir, cada vez con más éxito, al ordenador, la cámara de fotos o de vídeo, la televisión o el GPS del coche.
Son los llamados smartphone o teléfonos inteligentes.
Para darse cuenta de la amplitud de su constelación baste referir tres curiosidades muy dispares:
Nokia se ha convertido en el primer fabricante de cámara de fotos del mundo;
China Mobile tiene más abonados que ciudadanos la Unión Europea,
y en algunas aldeas de Kenia el móvil ha desplazado al dinero como principal instrumento de pago.
Como certifica la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) en su último informe, la celular es la tecnología que más rápidamente se ha adoptado en la historia.
A finales de este año, contará con 4.600 millones de abonados. De 2000 a 2008 se ha pasado de una penetración del móvil en el mundo del 12% al 60%, mientras que el fijo ha pasado del 16% al 19%. La informática tardó cuatro décadas en popularizarse y aún hoy sólo una tercera parte de la humanidad tiene acceso a un ordenador.
Más allá de las estadísticas, la esperada revolución celular que profetizaban los operadores y fabricantes está dejando por fin de ser sólo un eslogan publicitario para incautos.
Hace sólo unos años, cuando comenzaron a incorporarse nuevas aplicaciones como la navegación por Internet o el correo electrónico, ni los aparatos ni las redes estaban preparados para soportarlos. Se pensó entonces que todo iba a acabar en un bluff tecnológico, uno más, como la televisión en tres dimensiones o los PC Tablet, y que el usuario, decepcionado, se conformaría con hablar y mandar mensajes de texto. Hoy se están tendiendo redes de tercera generación capaces de ofrecer velocidades medias de 7,2 megabits por segundo (Mbps), en niveles similares a la conexión por cable o por ADSL. En dos años, se han vendido 1,5 millones de conexiones móviles en España, los populares pinchos, módem USB que se conectan al ordenador y permiten el acceso a la Red desde cualquier lugar con cobertura. Pronto no harán falta, porque los nuevos portátiles, como el que acaba de lanzar Nokia (Booklet 3G), ya llevan incorporada la ranura en la que se introduce la tarjeta SIM que permite acceder a Internet en movilidad.
Compañías como Telefónica o Vodafone comercializarán en 2010 en las principales ciudades, servicios de HSPA+, una tecnología móvil por la que se pueden bajar películas de la red en cuatro minutos, gracias a velocidades de descarga de 21 megas.
Lo mejor está aún por venir.
Los operadores comienzan a hacer pruebas de laboratorio con LTE (Long Term Evolution), la cuarta generación (4G) celular, con estándar universal, con la que, sólo en su comienzo, se alcanzarán velocidades de descarga de hasta 320 Mbps y 80 Mbps en subida.
Un informe de Morgan Stanley de este mismo mes augura que en el plazo de cinco años el número de usuarios que accederá a Internet a través del móvil superará a los que lo hacen por el fijo.
"Cinco productos y servicios convergentes están proporcionando las bases para un crecimiento tremendo en el uso de Internet móvil: la tercera generación (3G), las redes sociales, el vídeo, las llamadas de voz sobre IP (protocolo de Internet) y unos impresionantes dispositivos móviles".
Las redes sociales se han instalado también en el menú.
En España, el 17% de los usuarios de Facebook acceden a través del móvil y lo mismo sucede con el 29% de los usuarios de Tuenti, según el X Informe de la Sociedad de la Información, de la Fundación Telefónica.
Vodafone, la mayor operadora de móvil del mundo, ha centrado toda su estrategia en integrar en su negocio las redes sociales.
"El móvil está desplazando al PC como dispositivo multipropósito de acceso a Internet. Las redes sociales y el móvil tienen una simbiosis natural: el móvil, por su naturaleza, fomenta el efecto red, así como la posibilidad de compartir información en múltiples formatos con carácter inmediato. Y eso es que lo hemos intentado incorporar con Vodafone 360", indica Iñaki Cabrera, director de marketing de Vodafone.
Óscar Rodríguez, director general de Motorola España, cree que los nuevos terminales deben integrar la "vida virtual" de sus dueños:
"Las redes sociales empezaron en el PC, pero su uso natural, que es la comunicación inmediata, el saber que está pasando en tu entorno en ese momento y en el ordenador, sólo puedes hacerlo a saltos, cuando estás en tu casa o en la oficina. El móvil es su vehículo natural, le da sentido a la inmediatez de las redes sociales. La vida virtual de todas las personas está ganando complejidad -agenda, correo electrónico, redes sociales, etcétera- y el móvil puede aglutinar mejor que ningún otro aparato toda esa complejidad".
Todos coinciden en que, complementariamente a las redes, los terminales también han pegado un triple salto mortal en su equipamiento.
Cámaras de fotos de cinco megapíxeles, pantallas de cuatro pulgadas, GPS, Bluetooth para traspasar archivos sin coste, acelerómetros para videojuegos, procesadores de un gigahercio (muchos portátiles no llegan ni a la mitad), memorias para almacenar vídeos y canciones de 32 gigas, sistemas operativos similares a los de los PC (Windows Mobile, Android o Symbian).
Celestino García, Director de Telecom de Samsung, cree que en un futuro próximo los fabricantes de móviles pasarán a ser "proveedores integrales de soluciones de comunicación", con su propia tienda de aplicaciones y su sistema operativo.
Los terminales serán de materiales ecológicos, pantallas delgadísimas y flexibles, con formas alternativas de interactuar con los dispositivos a través de teclados virtuales, acelerómetros o controles biométricos y el geoetiquetado (agregar información geográfica en los metadatos de archivos de fotos, vídeos, sonido, web, etcétera).
Aunque tal vez se hayan fabricado luego teléfonos más completos, el iPhone abrió en 2007 esa senda de los teléfonos inteligentes.
Su pantalla táctil, en la que se podían agrandar y achicar fotos o pasar las páginas web con un solo dedo deslumbró a los usuarios y cambió la historia del móvil. Hoy todos los fabricantes -Nokia, Samsung, LG, Sony Ericsson y Blackberry, entre otros- han agregado la tactilidad a su gama alta de terminales.
Los smart no tienen rival entre los gadgets (aparatos electrónicos).
Ni su alto precio -entre 250 y 700 euros- ni la recesión frenan su creciente popularidad. Mientras las ventas de móviles se estancan, las de estos terminales multifunción crecen este año a un ritmo del 15%, según la consultora Gartner. La firma especializada IDC estima que en 2015 todos los móviles que se vendan serán inteligentes. En España, donde la telefonía móvil ya superó a la fija en número de líneas en el 2000 y en facturación en 2003, el 30% de los móviles tiene capacidades 3G, por encima de países como Francia y Alemania, con un 20%.
Los móviles no sólo son utilizados por personas.
Los aparatos conocidos como máquina a máquina (M2M), que se comunican entre sí y controlan procesos, como leer un contador o chequear la salud de un paciente sin intervención humana, están a punto de vivir la edad de oro. Se estima que en 2012 ya habrá 200 millones, 20 veces más que los que existen actualmente. En España hay actualmente 1,7 millones de M2M. El director de desarrollo de productos de Telefónica, Fernando Fronza, estima que entre cinco y 10 años se multiplicarán por 10 los M2M, y en dos décadas su firma tendrá más clientes máquinas que humanos.
"La siguiente transformación vendrá cuando los móviles sean tan inteligentes que interactúen automáticamente y sean sensibles a lo que cada uno tiene a su alrededor". Alberto Matrone, director general de Nokia Iberia
El negocio que mueve la telefonía móvil es tan enorme que todo el mundo se cree con derecho a comerse una parte del pastel.
Las principales firmas informáticas, como Toshiba, Acer o HP, se han lanzado a la fabricación de smartphones. Google prepara también para 2010 su propio terminal (Nexus One), aunque su principal vía de ingresos en este segmento es la instalación del Android, el sistema operativo que hace funcionar el aparato, en abierta y dura competencia con Windows Mobile de Microsoft o Symbian de Nokia. La incorporación de los GPS a los terminales de alta gama está hundiendo las ventas (y las acciones) de Tom Tom, el servicio de localización que equipa a la mayoría de los automóviles.
Paralelamente, se han creado tiendas planetarias virtuales para llenar de contenidos los móviles.
La App Store tiene ya más de 100.000 aplicaciones de las que ha vendido 2.000 millones. Android Market (Google), acaba de alcanzar las 20.000 aplicaciones, y la Ovi Store de Nokia recibe un millón de descargas al día. Todo se puede bajar al móvil, desde los videojuegos más avanzados, hasta las aplicaciones más exóticas. Una de las últimas en llegar es PMS Buddy que permite a las mujeres pero, sobre todo, a los hombres realizar un seguimiento de los ciclos menstruales de las mujeres desde el móvil. Empezó como una broma entre directivos para mejorar las relaciones sexuales, y en los primeros días de su lanzamiento para el iPhone tenía 150.000 usuarios registrados. Otra aplicación permite informarse del último catálogo de la firma de moda Zara, o reconocer canciones de la radio o informarse de un monumento haciéndole una fotografía. El catálogo es casi infinito.
El móvil está transformando por completo los usos cotidianos.
Los turistas ocasionales que hace unos años se veían sorprendidos por el espectáculo inédito de hileras de viajeros silenciosos en el metro de Tokio, concentrados en la pantalla de su móvil, que había sustituido para siempre a un libro o un diario, no podían pensar que pronto esa escena se viviría en sus ciudades, y tal vez con ellos de protagonistas.
La omnipresencia del móvil es mayor incluso que la de la televisión.
El 87% de los hogares españoles tiene uno en su casa, y su uso para todo tipo de fines es creciente e imparable, según la última oleada (octubre 2008) realizada por Red.es, el organismo oficial que vigila la implantación de la tecnología. El 54,3% de los usuarios utiliza la cámara; el 47% el Bluetooth; el 45,5%, el MP3, el 37,2% la radio y el 19,6% como GPS.
El gasto medio por hogar alcanza 42,4 euros.
"Los teléfonos multifunción se han convertido en PC light. El usuario identifica el terminal con el diseño pero sobre todo demanda cada vez más tecnología", indica Elías Fullana, director de Móvil de LG España.
Antes esta avalancha de servicios en un solo aparato, ¿se puede prescindir del móvil?
The Phone House ha tratado de responder a esta pregunta. En su barómetro de 2009, el 21,6% de los encuestados declaró que le "sería totalmente imposible" continuar su vida diaria; al 47,8% le supondría "algunos inconvenientes", y sólo al 21,6% le resultaría "totalmente llevadera".
La telefonía móvil también se ha demostrado un eficaz como elemento de desarrollo.
El crecimiento en el Tercer Mundo ha pasado desde el 5% en el año 2000 al 45% en 2007.
Para evaluar ese aumento, hay que tener en cuenta que la penetración del móvil en los países en vías de desarrollo ha alcanzado ahora el que tenía Suecia hace diez años, mientras que el índice de mortalidad infantil de esos países están al nivel de hace 72 años.
En la entrada de algunas iglesias italianas, cuelga un cartel que dice:
"El Señor se comunica con vosotros de muchas formas pero seguramente no os llamará nunca al móvil, apágalo".
Tal vez pronto tengan que cambiar el texto del aviso o descolgar el cartel.
Manuel
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